viernes, 2 de agosto de 2013

Sueño en el que conocí a Peña Nieto

Sé que tal vez el título de este post suene un poco mamón, y de ser así, cumplió su cometido. Verán, los que más o menos sepan qué pedo con este desmadre sabrán que a veces suelo postear sueños a manera de rellenar los excesivos espacios en blanco de este aparentemente difunto blog.

Pero ahora es diferente, y no sólo porque; al menos en mi mente; pude decirle prácticamente de frente todo lo que pienso a nuestro señor presidente.

Antes que nada, quiero hacer la aclaración de que los detalles, incluso el lineamiento de la historia; podría presentar ciertas irregularidades, entre que no le sé mucho a la psicología, y entre que no sé mucho acerca de mapas freudianos… bueno, el chiste es que estoy postiando ¿no?

 Resulta de tal suerte que me encontraba en un viaje dentro de una combie, la ruta que seguíamos ciertamente nunca la supe, pero recuerdo que el paisaje era montañoso y lleno de vegetación que nunca había visto. Mis acompañantes eran solamente un amigo bastante cercano, una chica que no reconocí y otro sujeto, el que venía manejando la combie, que ahora que lo pienso, sólo sirvió para conducir ese poco rato nuestro vehículo.

Una vez que comenzamos a mirar la civilización, decidimos bajar a caminar por un rato, y notamos algo bastante peculiar, además de que sonaba una canción de protesta en una plaza bastante grande de aquella ciudad, vimos una pancarta que anunciaba que el ciudadano Enrique Peña Nieto estaba invitado a la toma de protesta de la presidencia municipal de esa pequeña ciudad.

Por los colores de la pancarta, dedujimos que el acto de toma de protesta sería a favor de uno de los amiguitos de Peña, no me pregunten porqué chingados, pero nos metimos en una plaza comercial y ahí, justo en medio de la plaza, en un cuartito no más grande que mi sala (que es bastante pequeña), tendría lugar el evento.

Así que entramos y esperamos… y esperamos… y esperamos… y esperamos… y justo cuando estaba a punto de despertar, un sujeto puso en el fondo del pequeño cuartito una pancarta del PRI, y no esperamos mucho para ver al hombre que tomaría la protesta, acto seguido, Peña Nieto salió a darle al nuevo presidente municipal la bienvenida a su nido de ratones.

Fue ahí, cuando comencé a gritar cosas, ahora mismo no puedo recordar lo que gritaba, pero créanme, eran cosas que debieron dolerle mucho al señor Presidente que creó mi mente, porque justo después, recuerdo que, como en las películas de acción tipo “Duro de matar”, las cortinas comenzaron a bajar y me vi envuelto en una persecución ‘joligudense’ (del verbo Holywood)

Corría con la chica desconocida tomada de mi mano, las alarmas aclamaban que los insurrectos (nosotros) debían ser castigados con todo el peso de la injusticia mexicana. Por alguna razón, también ‘joligudense’, logramos salir de la plaza comercial en una pieza.

El último recuerdo de ese sueño fue que tomábamos un pesero a Coyoacán.


Ya sé, pinche sueño estuvo bien pipi. 

2 comentarios:

La chemise de la nuit dijo...

que bueno que la chota no te siguió a coyoacan

Gabriel dijo...

Mijo, ya saca algo, sabes que son vacaciones y que hay más tiempo que cuando vamos a la escuela :P
Chido tu bló