jueves, 1 de diciembre de 2011

Caras vemos...

Yo sé que el post pasado dije que el blog se iba al congelador por la carga excesiva de deberes que traía encima, de hecho, ahora que estoy escribiendo éste par de líneas me siento algo culpable, tengo un chingo de cosas por hacer, pero, curiosamente, no puedo concentrarme en ninguna; traté de medio encaminar el propósito de mi vida y no pude, quise leer un libro titulado “El Alquimista”, de’sos libros que tras terminarlos hasta te hacen sentir bonito, traté incluso de hacer unas cuantas ecuaciones (esta última actividad me relaja bien cabrón). Fallé en todo.

Solo una cosa está en mi cabeza, y es esa cosa la que me trajo hasta aquí, enfrente de mi computadora, con el Word abierto, un cenicero, una cajetilla nueva de cigarrillos, y silencio absoluto. Sí, cuando escribo me gusta estar en total tranquilidad.

Hoy, queridos míos, voy a romper dos de las reglas más valiosas que tengo en este blog y en mi vida. La primera es hablar directamente de mi vida personal, y la segunda, romperé mi palabra y voy a postear en mi blog… lo sé… soy algo más bajo que la basura, pero según el consejo de amigos bloggeros (checad las ligas de la derecha) hablar de la vida personal. A muchos les podría sorprender que YO tenga principios, pues lamento desilusionarlos, pero los tengo… no muy elevados, pero los tengo.

Si hay algo que me caga más que Chespirito, Woody Allen y Ricardo Arjona juntos son las pinches mentiras; antes de que alguien se me ponga garza, yo sé que mínimo el 90% de la gente en este mundo miente, curiosamente yo procuro no mentir (risas incrédulas del público), trato de decir las cosas como son (más risas más incrédulas) y para darle un toque ‘chic’, le imprimo un toque de sarcasmo a lo que digo.

Las mentiras se me hacen lo más bajo que una persona puede caer, a veces, sé que se miente para tratar de no herir a las personas: primer error.

Vamos a llevar un ejemplo bastante simple para que se ponga en evidencia que “mentir para no herir a alguien” es una verdadera pendejada.

Supongamos que tronaste con tu novio(a) (¿alguien ha notado que ese es el ejemplo más común en ese blog?), ahora supón que ella tiene otro cabrón bajo sus garras, pero no te lo dice para “no lastimarte”, no sé tú querido lector, pero para mí es más cómodo lidiar con la realidad, por muy cruda que sea, a tratar de lidiar con una irrealidad. Porque seamos sinceros, cuando lidias con algo que es real, le das soluciones reales; cuando lidias con algo irreal, le das soluciones irreales, y no solucionas ni madres, sólo vives en tu propia lámpara de lava mental… y para vivir en una lámpara de lava mental, sinceramente, yo prefiero el LSD.

Yo siempre he tratado de ser sincero con mis sentimientos, con mis acciones y en general, con todo lo que hago, y aquél que tiene la desgracia de conocerme en persona lo sabe: si confianza es lo que me pides, confianza es lo que doy. Pero tal parece ser que, debido al malévolo país que tenemos (entiéndase México), que es controlado por televisoras, periodistas de la talla de Adela Micha y el ‘Ticher’ Dóriga y por una bola de pinches chinos, las mentes de los jóvenes está tan envenenada que les cuesta comprender algo tan simple como un “te quiero”.

Lloro por el futuro de nuestro país…

P.D. Sí hace bien escribir sobre uno mismo en el blog.

P.D.2. Yo sé que este post estuvo bastante sobrio, así que, en un afán por darle a
usted algo de información útil, le voy a dejar un par de improperios, para que los imprima y, cuando sienta la necesidad de usarlos, lo haga como mejor le venga en gana.

Puto.

Pendejo.

Por su atención, gracias.

1 comentario:

fiereciya yeahyera dijo...

cuando yo no tengo nada q hacer me pongo a leer a weyes como tu.
es muy nutritivo