Hace tiempo me di cuenta de que idear un tema para darle a la 'escribida' es frustrante y todo lo negativo que pueda conllevar la quema de neuronas.
Pero recordé que hay un blog que se se llama "Recolectivo", como su nombre lo indica, este sitio recolecta a una serie de autores, se les impone un ejercicio tipo "Ya valió verga" "Videopost", el chiste es que cada escritor pone un texto referente a dicho tema.
Y como es de esperarse, acá no podíamos quedarnos atrás. Decidimos mandar nuestro texto, eso sí, a ver si nos lo reciben. Por que la neta sí está medio pedorro.
Acá se los pongo:
Ejercicio "Por piedad".
No, no la necesito.
Pues qué te digo:
Mi familia nunca ha sido del todo agradable, de hecho es comparable con una bola de cuervos esperando para atacar la garganta del más próximo. Últimamente se han estado peleando por una razón verdaderamente estúpida…
Resulta de tal suerte que hace poco mi padre, estaba arreglando una viga mientras estaba lloviendo, por estúpido que suene, estaba muy apurado; ya que el clásico América-Chivas estaba por televisarse, y mi bendito papá es re-fan del rebaño sagrado. Como era de esperarse, todo pasó. Dejó la viga puesta muy mal, y se resbaló. Obviamente, lo que más le pesó a la familia Cortés fue que su máximo representante sufrió una lesión en la pierna y tuvo que usar un bastón de pene de toro estilo “Dóctor Jaus” y de paso, adquirió sus dolores de cabeza y el mal humor.
Para mala suerte de sus dos hijos y esposa, ya no pudo seguir trabajando en aquella construcción que tantos años le había dado de comer a su familia. Y aún así, el hombre se resistió a ir a un hospital (aquí tengo la hipótesis que no tenía seguro). Toda aquella casa se era un ejercicio de contradicciones por parte de los padres.
Mi madre, nos consentía de la peor manera, y mi padre nos odiaba por razones extraordinarias:
Papá regañón: A ver, sube toda tu pendejés a tu cuarto.
Mamá no TAN regañona: No le hables así al niño. Mijo, ¿Puedes ir a tu cuarto?.
(Esto no es mamada, de verdad pasaba).
Pero cuando mi papá sufrió lo de su pierna, todo se convertía en más o menos esto:
Mamá preocupada por la situación económica: Juan, tienes que ir al hospital, mira a los niños, qué flacos están… Mírame a mí Juan… hace cuatro meses que quiero ese abrigo de piel de burro… Hace tiempo que no traes dinero a la casa y mis papás ya no me quieren mandar.
Papá en una cama medio gritando por el dolor: Pues vete y déjalos mujer… Nadie te obliga a quedarte.
Estas conversaciones se desarrollaron alrededor de medio año (según mi hermano), y cada vez, eran más fuertes y más hirientes para los hijos del bello matrimonio. Un día, mi madre le hizo caso a mi padre y decidió abandonarnos a nuestra suerte…
Y desde entonces vivimos con nuestros abuelos paternos…
(Una mujer interrumpe el relato).
Chica al otro lado del teléfono: No amor… no estás solo, yo siempre estoy aquí para ti…
Yo: ¿Y qué? Si tu apoyo va a ser por piedad, mejor vete a la… No la necesito.
Pero recordé que hay un blog que se se llama "Recolectivo", como su nombre lo indica, este sitio recolecta a una serie de autores, se les impone un ejercicio tipo "Ya valió verga" "Videopost", el chiste es que cada escritor pone un texto referente a dicho tema.
Y como es de esperarse, acá no podíamos quedarnos atrás. Decidimos mandar nuestro texto, eso sí, a ver si nos lo reciben. Por que la neta sí está medio pedorro.
Acá se los pongo:
Ejercicio "Por piedad".
No, no la necesito.
Pues qué te digo:
Mi familia nunca ha sido del todo agradable, de hecho es comparable con una bola de cuervos esperando para atacar la garganta del más próximo. Últimamente se han estado peleando por una razón verdaderamente estúpida…
Resulta de tal suerte que hace poco mi padre, estaba arreglando una viga mientras estaba lloviendo, por estúpido que suene, estaba muy apurado; ya que el clásico América-Chivas estaba por televisarse, y mi bendito papá es re-fan del rebaño sagrado. Como era de esperarse, todo pasó. Dejó la viga puesta muy mal, y se resbaló. Obviamente, lo que más le pesó a la familia Cortés fue que su máximo representante sufrió una lesión en la pierna y tuvo que usar un bastón de pene de toro estilo “Dóctor Jaus” y de paso, adquirió sus dolores de cabeza y el mal humor.
Para mala suerte de sus dos hijos y esposa, ya no pudo seguir trabajando en aquella construcción que tantos años le había dado de comer a su familia. Y aún así, el hombre se resistió a ir a un hospital (aquí tengo la hipótesis que no tenía seguro). Toda aquella casa se era un ejercicio de contradicciones por parte de los padres.
Mi madre, nos consentía de la peor manera, y mi padre nos odiaba por razones extraordinarias:
Papá regañón: A ver, sube toda tu pendejés a tu cuarto.
Mamá no TAN regañona: No le hables así al niño. Mijo, ¿Puedes ir a tu cuarto?.
(Esto no es mamada, de verdad pasaba).
Pero cuando mi papá sufrió lo de su pierna, todo se convertía en más o menos esto:
Mamá preocupada por la situación económica: Juan, tienes que ir al hospital, mira a los niños, qué flacos están… Mírame a mí Juan… hace cuatro meses que quiero ese abrigo de piel de burro… Hace tiempo que no traes dinero a la casa y mis papás ya no me quieren mandar.
Papá en una cama medio gritando por el dolor: Pues vete y déjalos mujer… Nadie te obliga a quedarte.
Estas conversaciones se desarrollaron alrededor de medio año (según mi hermano), y cada vez, eran más fuertes y más hirientes para los hijos del bello matrimonio. Un día, mi madre le hizo caso a mi padre y decidió abandonarnos a nuestra suerte…
Y desde entonces vivimos con nuestros abuelos paternos…
(Una mujer interrumpe el relato).
Chica al otro lado del teléfono: No amor… no estás solo, yo siempre estoy aquí para ti…
Yo: ¿Y qué? Si tu apoyo va a ser por piedad, mejor vete a la… No la necesito.