jueves, 28 de julio de 2011

Catálogo exnovias 2011

Hace un tiempo tuve una experiencia bastante gratificante, la cual nunca publiqué por pendejo; conocí a una estudiante de intercambio que venía del norte, fue una mera coincidencia, pues una pareja de señores nos preguntaron por el sistema de transporte que se maneja en CU. Les explicamos cómo llegar a su destino desde la Facultad de Psicología.

La chica era estudiante galardonada de psicología (obviamente) era muy inteligente, tenía un acento bastante norteño y un carisma de esos que te atrapan desde que te dicen su nombre. Platicamos mientras íbamos en el bus, me pasó su número de celular y yo me ofrecí para mostrarle lo que valía la pena del Distrito Federal.

Ella aceptó y estuvimos visitando varios lugares y platicábamos de muchas cosas interesantes. Una de esas conversaciones quedó bastante grabada en mi mente. Como ya lo dije, ella estudia psicología, y me dijo que había una teoría que propone que los seres humanos actúan mediante el instinto. Cosa en la que estuve muy de acuerdo, recuerdo que además le dije que esas conductas podrían ser predecibles porque bla, bla, bla, bla, bla…

Mejor les pongo a continuación la teoría a la que llegué con ella.

Teoría de la estupidez humana

La teoría que la morra me dijo propone que los humanos se mueven mediante instintos, a lo cual yo estoy de acuerdo, porque al fin y al cabo somos animales, aunque con un cerebro más desarrollado. Seguimos teniendo instintos, el caso es que tenemos instintos que compartimos con los demás animales, y tenemos instintos que son meramente humanos. Por ejemplo:

Cuando nos quemamos, tanto animales como humanos tenemos el instinto de evitar el dolor, así que nos quitamos de dónde esté el fuego.

El último enunciado ejemplifica uno de los instintos que compartimos con los animales, pero ¿qué hay de esos instintos no animales?

Cuando uno se encuentra con un perro callejero y el canino te va siguiendo, hay de dos sopas:

Si le das de comer o lo acaricias, el perro te sigue.

• Cuando lo desprecias, el perro se va.


Hemos escuchado o nos ha pasado que nuestra pareja se va con alguien más, nos rechaza constantemente, ¿qué hace el humano?

• Constantemente se busca a quien nos ha traicionado, mientras más nos rechaza, más le buscamos.

• Si decidimos comenzar a rechazar a la parte que se ha largado con el primer pendejo que se le puso enfrente otro hombre, la perra desalmada desubicada damita comienza a buscarnos, entrando en un círculo vicioso dependiendo del IQ de los participantes de tan macabro jueguito.

Instintivamente, le tenemos miedo al rechazo.

Esos dos ejemplos fueron para que se de cuenta y sepa distinguir instintos humanos y animales, porque también los instintos pueden catalogarse mediante la situación del ser humano individual. Me explico:

Un ser humano no tiene el mismo instinto de supervivencia si vive en el sur, en el centro o en el norte. No creo que un chilango sobreviva en la costa queriendo pescar, o que un costeño sobreviva lidiando con el tráfico del Distrito Federal. Un norteño es difícil que sobreviva.

Entonces, con eso podemos deducir que, un perfil psicológico puede ser predecible conociendo la clase social, la crianza, y la historia del sujeto analizado.

¿Todo esto con qué intención lo pongo? Fácil. Hace rato dije que el instinto nos hace hacer pendejadas debido al instinto que tenemos, esas cosas pueden ser buenas o malas, pero por lo general suelen ser puras pendejadas.

Ya dejando un poco de lado la mega introducción y variando un poco el tema; afortunada o desafortunadamente, he tenido muchas mujeres en mi vida, afortunadamente porque en cuestiones carnales no he sufrido mucho, pero en cuestión sentimental he tenido un poco de mala suerte. Así que haré un estudio barato sobre los tipos de exnovias con las que se suelen enfrentar los pobres hombres.

Catálago de ex novias.

Alias: “Hay cabrón ahí viene, vámonos”

Tipo: Vengativa.

Propiedades: Se desenvuelve en el campo de la ira, si se le dan las armas necesarias, puede ser peligrosa a nivel físico, con el tiempo puede ser bien benigna o maligna. Difícil de manejar.

Modus operandi: Todas y cada una de sus acciones son basadas en cuánto pueden lastimarte, es bastante normal enterarse de que está acostándose con algún amigo o conocido tuyo o en su defecto, con algún cabrón que mientras estabas con ella te producía celos.

Karma: Por lo general quedan embarazadas.

Súperpoderes:
• Alzheimer (o como chingados se escriba): No recuerda quien es amigo tuyo.
• Radar para acostarse con todos los hombres que has conocido de cinco años
para la fecha.

Sentimiento que suelen provocar: Risa, ternura y a veces desconcierto.

Nivel de atracción en los hombres: Mediano. Debido a su facilidad para hablar de sexo, es normal que el sexo masculino confunda esas charlas con invitaciones para tener sexo.

Alias: “Ve esa pinche vieja horrible”

Tipo: Aburrida y fea.

Propiedades: Este tipo de mujeres suelen ser despechadas pero sin caer en el estilo de la vengativa. Altamente insegura debido a que es más fea que una grosería. Seguramente está resentida debido a que la dejaste por alguien más atractiva que ella.

Modus operandi: Visita más tu Facebook que tú y cada que tiene un novio, te lo restriega en tu cara pero sutilmente, cada que habla “casualmente” contigo, te dice que le va bien y que actualmente le es infiel a su novio, por lo general con alguien más feo y pendejo. Probablemente sigue siendo virgen, a menos claro está, que no te hayas respetado y te la hayas cogido.

Karma: Siempre se quedará con el único pendejo que le hace caso y en el mejor de los casos para la humanidad, uno de ellos es estéril.

Súperpoderes:
• Despertar los sentidos humanos, en especial el del raciocinio “¿Qué chingados estaba pensando?”
• “¿Porqué su mamá no la sacrificó?”
• “¿Dios, porqué nos abandonas?”

Sentimiento que suele provocar: Asquito… mucho, mucho asquito.

Nivel de atracción en los hombres: Nulo, carnal ¿no has visto la foto?

Alias: “¡Ya déjame en paz!”.

Tipo: La siempre víctima

Propiedades: Narcisista de corazón. Cree que el mundo está mal, nunca se le satisface ni siquiera con terminarse una caja de condones de doce piezas.

Modus operandi: Es raro decirlo de esta manera, pero pareciera que siempre tiene algo para molestarte, siempre está a la expectativa de que la cagues para poder “cagarla ella también”.

Karma: Terminas por hartarte de sus constantes juegos que dejas de hablarle, para cuando trata de establecer contacto (en caso de que te haya querido) a ti ya te vale verga su existencia.

Súperpoderes:
• Si reprobó un examen, es tu culpa.
• Si estuvo distraída en clase, es tu culpa.
• Si no durmió, es tu culpa.
• Si no la dejan salir, es tu culpa.
• Si llora, es tu culpa.
• Si ya cambiaste tu correo, la bloqueaste de tu celular, evitas lugares en común con ella, ya no la llamas, es tu culpa.

Sentimiento que despierta: Rabia, insomnio y ganas de lastimar a otro ser humano (de preferencia a ella misma).

Nivel de atracción en los hombres: Regular. Pero una vez que se le acerca carnalmente a alguien, es difícil que se la quite de encima.

Alias: “¿Tú quién eres?”.

Tipo: Valemadrista.

Propiedades: No le importa un bledo lo que hagas, se hace de la vista gorda cuando te ve e ignora lo bien o mal que te pueda ir. Probablemente nunca sea amada en su vida.

Modus operandi: Da lo mismo lo que haga, si acaso lo único que tenga que ver contigo es que se esfuerza porque no sepas nada de ella.

Karma: Que no la peles, aunque eso no es un karma precisamente.

Súperpoderes:
• Hacerse de la vista gorda.
• Ignorar tu persona.

Sentimiento que despierta: Memoria “¿Cómo se llamaba esa morra?”
Nivel de atracción en los hombres: Alto. Por raro que parezca, debido a su valemadrismo, suele atraer a miles de hombres.

Alias: “Me da unos condones por favor”

Tipo: Caliente.

Propiedades: Altamente sexual, no le importa qué o quien sea, siempre está buscando placer carnal. Peligroso enamorarse de ella debido a su alto índice de infidelidad. Lo curioso aquí es que es precavida y siempre cargará con condones. Reacciona violentamente si se le llama “zorra” o alguno de sus derivados (bien dicen que la verdad ofende).

Modus operandi: Diferente a la Vengativa. Este espécimen no le anda dando las nalgas al primer baboso que ve porque quiere hacerte sufrir, si no porque el calor en su entrepierna se lo pide a gritos. Por lo general ella sí te ama, pero es fácil que la mandes a la verga debido a sus constantes actividades sexuales.

Karma: Está condenada a que todos la vean como un mero objeto sexual y nadie la ame.

Súperpoder:
• Radar: Ubica en un radio de tres kilómetros las cosas que tienen pulso.

Sentimiento que despierta: Más que sentimiento, despierta penes.

Nivel de atracción: ¿Ya mencioné que siempre está caliente?

Alias: “Mañana hablamos, son las tres de la mañana… ¿estás ebria?”

Tipo: Chantajista.

Propiedades: Por alguna razón no acepta las cosas obvias. Suele reaccionar de la misma manera a diferentes tratos y suele emitir constantes amenazas que sólo quedan en promesas. Cuando nada le da resultado cae en depresión peligrosa para ella misma y sus alrededores.

Modus operandi: Constantes llamadas en la madrugada en especial los fines de semana, visitas inesperadas a tu casa, y suele estar dónde tú estás. Te acosa mediante todos los medios posibles y es la causa de que potenciales conquistas se asusten.

Karma: Nunca tendrá vida sexual satisfactoria.

Súperpoderes:
• Atinarle a hablarte por celular cuando estás con una potencial conquista.
• Ser más molesta que una mosca sonora.

Sentimiento que despierta: Lástima.

Nivel de atracción: Nulo.


Alias: “Esa vieja se pone cada vez más buena”.

Tipo: Perfecta.

Propiedades: Le gustan cosas que rara vez le gustan a una mujer y al mismo tiempo es atractiva, se fija en lo que tiene el alma de las personas y sostiene que sí hay hombres diferentes. Es hermosa por fuera y por dentro.

Modus operandi: Es un hombre con tuberías internas. Eructa, maldice, admite que le gusta el sexo y se lleva bien con tus padres, es fiel o al menos es discreta e intenta no lastimarte. Detallista, comprensiva… Puta madre ¡¿Qué más quieres?!

Karma: Actualmente está con alguien mejor que tú, eso es debido a que seguro la tratabas mal o llegaste a engañarla. La lastimaste demasiado y se dio cuenta de que lo que se merece, es algo mejor que tú.

Sentimiento que despierta: Envidia y culpa… demasiada culpa.
Nivel de atracción con los hombres: Altísimo. Pero debido a su hermoso interior, nunca le será infiel a su hombre, mucho menos contigo claro está.

Cualquier parecido con la realidad es mera chingadera.

miércoles, 13 de julio de 2011

Regreso inspiroso.

¡Hey!, bola de pránganas, por fin, después de no sé cuánto tiempo de ausencia, regreso al inmundo virtual; primero que nada pido perdón a mis lectores por dos razones: la primera es la más obvia, y es la del congelamiento de este blog, la segunda es por el par de posts anteriores, los cuales hablan de juegos de video.

Sé de antemano que mínimo al 90% de la gente en el mundo le valen verga los videojuegos, y es harto curioso, porque durante mi desaparición de la blogósfera (y demás ámbitos de la Internet) me dediqué a los juegos de vídeo, pero bueno, eso es otro tema que ya hasta hueva les ha de dar.

En esta ocasión, y a manera de “regreso glorioso”, traigo un escrito de un tema bastante mundano, no obstante, conmovedor.


En primera instancia, quisiera hacer una “pequeña introducción”, y con pequeña estoy diciendo que, como éste es mi regreso triunfoso, me voy a aventar algo bien aventado… ya saben, conmigo puras enormidades.

Personas inspirosas.

En este mundo hay personas quienes son las precursoras de ciertos ámbitos importantes, y que han servido de inspiración para sus sucesores, ejemplos sobran, por ejemplo, yo que soy aspirante a matemático-científico, tengo una profunda admiración por Albert Einstein, quien propuso la Teoría de la Relatividad, de hecho ni siquiera la entiendo a nivel numérico, pero afortunadamente encontré un libro hecho para tontos y ya le estoy agarrando el pedo.

Hay muchas otras figuras en muchos ámbitos, pero una a la que le tengo mucho respeto y admiración, es a don Fabio Fusaro; él es un hombre que tiene una filosofía bastante peculiar, y contrario a lo que se pudiera pensar, su manera de pensar y su “evangelización” (no supe qué palabra usar, pero una vez que lean la adaptación supongo que entenderán) no son producto del pensamiento machista ni mucho menos. Lo que don Fabio dice en su filosofía, es que el hombre se quiera, y se respete, nada más.

Para ejemplificar lo que este hombre quiere darnos a entender, a continuación pondré una adaptación de un texto llamado “Damián y el espejo”, y sí, el maestro me dio permiso para adaptarlo. Sólo le cambiaré el nombre del protagonista por respeto a la obra original, ojalá te guste.

“Sebastián y el espejo”



Como desde hacía más o menos unos tres meses, Sebastián repetía la misma rutina: Se levantaba una hora o media hora antes de salir de su casa para irse a la facultad; se bañaba mientras escuchaba “Frasier” o bien “Friends” dependiendo del día de la semana, medio comía algo y se iba, aunque eso no era un verdadero problema, porque hambre no tenía mucha que digamos.

Ese día en especial no tenía mucho sueño, pues se levantó con bastante tiempo de sobra, se bañó, salió, sintonizó en la tele los sabios consejos del Dr Crane y se fue al baño para afeitarse y ponerse chulo, decía siempre él.

Sacó un rastrillo nuevo, se mojó la barbita para suavizarla, se disponía a pasar la navaja por su mentón cuando de repente escuchó un “psst” proveniente de ningún lugar. Asustado, volteó hacia todos lados, la regadera, la taza… y nada, la sugestión de haber escuchado un “psst” hizo que Sebastián dejara de escuchar tan alto los consejos de un personaje de una de sus comedias favoritas, a decir verdad, no escuchaba ya nada, sólo esperaba ver de dónde chingados salía ese ruido que tan nervioso lo ponía.

“Psst”, se escuchó de nuevo, con el corazón en la mano y los testículos en la garganta, volteó hacia el espejo y ahí fue donde vio una de las imágenes más escabrosas y que más vergüenza le han provocado a Sebastián:
Un Sebastián con el pelo alborotado (él era de cabello largo) y sin brillo, una barba de esas que parecen sucias, unas ojeras estilo mapache… en fin, el espejo reflejaba un verdadero desastre. Sebastián no daba crédito a lo que veía pero a la vez, se lo esperaba.

¡Pssssssssssst! – dice el Espejo sarcásticamente- ¡Hasta que me oyes canijo!, llevo literalmente MESES tratando de comunicarme contigo, pero no me pelabas, hasta ahorita que tienes tiempo… hace mucho que tú y yo no hablamos, o hace mucho que no
hablas contigo, la idea es la misma.

Pues sí… -dice Sebastián con un tono de culpa más grande que su cabeza- pero tú sabes cómo son estas cosas…

¡Pero claro!, Aún recuerdo el primer día que la viste caminar, te enganchaste y dijiste “Está más buena que los chocolates”. Y recuerdo que te lo advertí “Ve con cuidado, suelen ser locas”,- regaña el espejo a Sebastián- y ese fue el último día que cruzamos palabra.

Cabrón,- dice Sebastián- no estoy para el sermón de la media tarde, sabes que tengo que ir para la facultad y…

¡Ese es tu problema!,- interrumpe el Espejo enérgicamente- si tan sólo te concentraras en la facultad, o en esa hermosa morochita que te presentaron en el bar la otra noche, pero no… tienes todos tus sentidos puestos en M…

¡No lo digas!, compañero, estoy hecho un trapito,- dice Sebastián en un tono derrotista- por favor, no necesito esto… creo que ya nadie puede ayudarme.

En eso tienes razón, sólo yo puedo ayudarte, o tú puedes ayudarte, es conmutativo… -dice el Espejo con tono aliviador-

Pero tienes que comprender, no estaba preparado para perderla, sin ella no tengo nada, estoy solo- dice Sebastián con cierta nostalgia, quien entendió perfectamente el chiste de la conmutatividad (ahhh… matemáticos).

¿No me estás escuchando? – dice el Espejo volviendo al tono serio- Nadie está solo, pero tienes que comenzar a ayudarte, sólo tú puedes salir de esta patética situación, por favor, nene, hazme caso.

Nadie puede ayudarme… - dice Sebastián sollozando.
Sebastián comienza a bajar la cabeza al darse cuenta que las lágrimas vienen, baja la cabeza para que el espejo no lo vea llorar, de hecho, baja tanto la cabeza que el par de gotas que le salen por los ojos no le recorren las mejillas, caen directamente al suelo.

Levanta la cabeza, Sebas, ¡Mírame a los ojos, coño! – grita el Espejo-

-Es que la necesito tanto…

-¡Tú no la necesitas! – regaña por segunda vez el Espejo.

-Ella era todo para mí…

-¡No!, -trata de razonar el espejo con Sebastián- A pesar de que ella se ha ido, todavía respiras, ¿Qué no te das cuenta de que aún puedes ser feliz?

-Puede ser… pero es que sin ella no puedo vivir.

-¿Puede ser?... ¡¿Puede ser?! Carajo estás peor de lo que imagine… veamos…- la imagen en el espejo se queda pensativa, realmente pensativa- ambos padres tuyos están vivos, gozas de buena salud; aunque a este paso no tendrás tan buen aspecto, tienes amigos sí, por ahí hay un par de chicas que quisieran conocerte y tú sabes de quienes hablo…

-Pero eso no me hace feliz, ella era la única cosa por la que valía la pena todo…

- ¡Carajo Sebastián!- el espejo se cabrea cada vez más- ¿Ya no te acuerdas de todas las dificultades que hemos pasado, y lo bien que nos ha salido todo? Como esa vez que pasamos el extraordinario de historia sin saber una chingada, o que salimos del bachillerato en 3 años a pesar que estábamos hasta el cuello de materias.

-Sí… es verdad.

-¡A huevo que sí!- dice jovialmente el espejo- O de aquella vez que nos vieron destrozados en aquella plaza, pero bueno, a veces hay que soportar esos putazos que da la vida.

Sebastián asienta levemente con la cabeza mientras se seca un ojo con la manga de su sudadera. Mira a los ojos al espejo… erguido, seguro, con un rayo de dolor en los ojos.

-Canijo, perdóname- dice Sebastián con voz firme pero suave.

-Caray Sebas, hasta gusto me da escuchar eso, no tengo nada que perdonar, pero es que me partía el alma verte así.

-¿Crees que sea muy tarde para ir delante los dos?

-¿Bromeas? Nunca es tarde para eso. –dice el espejo.

-Canijo, ¿sabes de qué me estoy acordando?- Dice Sebastián más animado- ¿Recuerdas cuando nos acostamos con aquella pinche vieja?

-¡Horror!-Dice el espejo a modo de broma- de eso pa’ que veas sólo te acuerdas tú.
Ambos rompen en carcajada, la primera desde hace mucho tiempo para ambos, la carcajada se vuelve risa, la risa se convierte en una sonrisa alentadora.

-¿Entonces qué hacemos?- pregunta el espejo.

- Pues a darle que es mole de olla- dice Sebastián.
Sebastián apura a rasurarse, y nota algo antes de que la imagen se desvanezca, las ojeras que antes él mismo hubiera descrito como “moradas”, han bajado su tono y de hecho, hasta su grosor.

También nota que la mano ya no le tiembla al rasurarse, y se da cuenta de que es porque él, y su reflejo que desapareció, ya no son dos, si no uno mismo.

Si quieres saber más acerca de Fabio Fusaro puedes ir aquí o aquí.