En la historia que voy a relatar habrá lectores que podrán catalogarla como pendeja, o me dejarán un mensajito de “eres un pendejo, mereces que te empalen”, tal vez haya lectoras que me digan “Cangrejo, eres lo máximo, vamos a coger”, existe de todo en la vida del señor.
Y digo que no lo sé porque vivo en México…
- ¿Y eso que tiene que ver? – Pregunta el imberbe lector promedio que segurito gogleó “sexo con niños somalíes” y dio con esta página. Eso o el que hizo la pregunta no es mexicano.
- Porque en México hay demasiada corrupción – contesta el Cangrejo- yo sé que en otros países también, pero en mi país la corrupción es visible, es palpable. Tal vez en Colombia o en el Perú también haya tranzas, pero el pueblo no lo sabe y si no dígame ¿hay algún mexicano que no sepa que estamos gobernados por una bola de cabrones ladrones?
El relato de hoy trata sobre cuatro hombres cuyas vidas giraron 180 grados hacia el eje positivo.
"El señor de la sagrada entrepierna"
En algún lugar de Tultilán, cuatro de la mañana
Resulta de tal suerte que estaban cuatro pecadores, llámesen: Jorge Rivera, David González, Javier Gutiérrez y su servilleta, el Cangrejo. Los cuatro se encontraban en un deplorable estado etílico, pero aún podía observarse en ellos cierta capacidad de razonamiento.
Jorge: Mira a eshe par de putitous… (hic)
Cangrejo: Shí, shon bien putos… cashi ni tomaron y ya eshtan bien getones los muy maricas…
David: Pero mira al pinshi Javier… (hic), ya se le eshtá hashiendo… (hic) agua la canoa…
Javier: No entiendo nada de lo que dishes pendejín… (se pierde cinco minutos en sus pensamientos), pinshi Cangrejo, ahora shí te lushiste putín, a ver cuando organizhas otro deshmadre…
Cangrejo: ¡A huevo putin!, pero como que ya se me está bajando la peda, amos por más alcohol.
Todos: Va.
Y así los cuatro pecadores salieron a la intemperie para conseguir más elixir de la creatividad disfrazado de mezcal adulterado con Fanta.
4:30 am. En algún lugar de Tultitlán Javier, David, Jorge y el Cangrejo encuentran una tienda 24 horas.
Cangrejo toca la puerta con singular alegría, casi como si hubiera encontrado una olla de oro al final del arcoíris. Tras varios intentos el tendero sale con cara de no haber cogido durante varios meses.
Vendedor: ¿Quién chingados?
Jorge: Buenas noches don… venimos a entregar el importe de dos caguamas (entrega los dos cascos vacíos de Indio y la notita que confirma que se compraron dos caguamas en ese establecimiento).
Vendedor: Ya no tengo caguama… (acomoda los cascos torpemente).
Para estos momentos, los que van no tan ebrios se dan cuenta de que el don está más borracho que una cuba.
Vendedor: Se me acabaron las caguamas (le entrega doscientos varos como importe a Jorge -Sí, leíste bien, le entrega doscientas lucas a Jorge-). Sólo tengo un par de six de cervezas, ¿los quieren?
Jorge: (Se le baja la peda) Estem… sí… deme los dos, y una cajetilla de cigarros por favor (mira al trío de cabrones a sus espaldas, medio aguantándose la risa y medio pidiendo instrucciones).
Vendedor: Aquí tiene, (le pasa solamente un six y OTRO billete a Jorge; esta vez de a cincuenta talentos –suponemos que fue en lugar del otro prometido six de cervezas- y este se lo entrega al Cangrejo). ¿Algo más?
Jorge: (Voltea a ver a los demás)…
David: …
Javier: …
Cangrejo: …
Vendedor: …
Cangrejo: Güey, los cigarros.
Jorge: Y me da una caja de cigarros.
Para estos momentos los cuatro pecadores están bien consientes de lo que está pasando. El vendedor es el único que está realmente pedo, ya que en vez de cigarros, mete en la misma bolsa de las cervezas un papel de baño y entrega a Javier aproximadamente otros cien pesos en monedas y billetes de baja denominación.
El tendero cierra la ventanita por donde entregó el dinero, las cervezas, el papel de baño y un sinfín de de risas.
Estando ya en el recinto de la verdad y la esperanza, los cuatro pecadores comenzaron a discutir en plan erudito acerca del destino del papel de baño y del dinero obtenido por el tendero. Las cervezas obviamente se las tomaron, pero no los juzgue querido lector, TUVIERON que hacerlo, ya que, es bien sabido por todos que la cerveza es el elixir de la meditación y el raciocinio.
En algún lugar de Tultitlán, Javier, David, Jorge y el Cangrejo discutiendo en plan erudito (dramatización)
Jorge: (Con el estado etílico anulado por el hecho de que le regalaron mucho dinero) Weyes, yo digo que con esto (sostiene el dinero como su precioso) nos vayamos a Rusia y obliguemos a los científicos socialistas a que busquen una forma de eliminar el capitalismo en América…
Javier: (Interrumpe a Jorge) ¿Que no el socialismo estaba muerto con la Perestroika?
Cangrejo: Esa no es buena idea Jorge, si bien las instalaciones rusas podrían servirnos para nuestros melómanos planes, iremos con dinero mal habido, Stalin colocó unos sensores para saber cuando se entra a su país con dinero mal habido, además, en Rusia hace mucho frío y las mujeres no se afeitan nada.
Jorge: Chingadas nalgas, eso no lo sabía, ni pedo, (en voz baja) le fallamos al Führer (hablándole al grupo), pues entonces hay que ir por otro pomo, ¿no?
David: Pues la idea de seguir tomando no me parece grosera, pero no sé, algo me dice que aquél tendero no estaba en sus cinco sentidos.
Cangrejo: ¿Lo dices por el olor a mil groserías de su aliento o por su incapacidad motora para darse cuenta que lo que nos estaba dando no eran cigarros si no un papel de baño, y que además, en lugar de doce pesos de importe nos dio cuatrocientos talentos?
Javier: ¡Eso es!, el papel de baño, me parece muy extraño todo esto…
David: ¿Qué?, la analogía perfecta sería que nuestra alma está tan llena de caca, que Dios quiera limpiarla, así que mandó a uno de sus ángeles que aún está en servicio social por estar en el purgatorio para darnos ese papel de baño celestial.
En algún lugar del cielo en la nube número 48, el arcangel Gabriel está frente a una computadora cuyo mouse está apoyado en la nube número 48.
Gabriel: (Clickeando repetidamente el mouse) ¡Vale chile!, ya les mandé el papel de baño a estos pendejos, pero quieren ir a Rusia, la tierra de la corrupción y el vodka… esto no está nada bien… (sigue clickeando como loco)
En eso, Dios lo espanta por detrás
Dios: ¡Qué pedo pinche Gaby!, ¿ya le estás moviendo a la computadora de la creación?, ¿no te acuerdas que la última vez que le moviste creaste la falla de San Andrés?